El búho: sabio emisario

Los búhos han sido asociados durante milenios con el misterio y los augurios. Al ser seres asociados con la oscuridad de la noche, suelen ser asociados con la muerte y el peligro. La superstición en torno a su presencia ha llegado al punto de amenazar su supervivencia y proliferación; en algunas zonas los asocian con la brujería y entidades demoníacas por lo que, de encontrarse con uno, intentan privarles la vida para cancelar el supuesto efecto negativo en la vida de las personas.

Su mala fama ha trascendido culturas y eras: desde la ancestral China, hasta la Edad Media e, incluso hasta nuestros días. Sin embargo, hay otro lado totalmente distinto del simbolismo de esta impresionante ave; uno que mantiene el aspecto misterioso pero lo asocia con la iluminación, la sabiduría y la superación personal.

Una antigua leyenda maya retoma esta óptica distinta:

En el inicio, los búhos podían disfrutar de la luz del día junto con las demás aves. Sin embargo, encontraba aburrido socializar porque prefería invertir su tiempo estudiando los antiguos códices en una constante búsqueda de alcanzar un estado de iluminación y sabiduría.

Como resultado, el ave se recluía para leer, llegando al grado de ofender a miembros de la realeza por rechazar la convivencia con ellos. Día y noche permanecía en un cuarto oscuro leyendo a la luz de una llama para lograr comprender el mundo a su alrededor. Tanto tiempo se encontró encerrado en la oscuridad, que gastó su vista y perdió definitivamente su capacidad de ver la luz del día, ya que lastimaba su frágil vista.

Por eso ahora solo vuela durante la noche, dispuesto a compartir su inconmensurable sabiduría con todo aquel que decida escucharlo.

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