Estar presente

Hace apenas unas décadas, la idea de las redes sociales como una forma de mantenernos en contacto habría sonado como una locura. Ahora, son parte de una realidad digital a la que las nuevas generaciones nos hemos acostumbrado al grado de no concebir una vida sin esa conexión.

Este nuevo entorno está acompañado de numerosas bondades que han contribuido a la vida individual y colectiva. No obstante, como suele suceder, el encontrarnos hiperconectados cuenta con sus desventajas: la vida es ahora más compleja y es más sencillo caer en distracciones que nos alejan del aquí y ahora.

En un mundo con tantas herramientas, información y conexiones en la punta de nuestros dedos, podemos perder el enfoque con mayor facilidad. Es irónico, lo único con lo que contamos es con el momento presente: el pasado ya no es y el futuro es incierto… aún así, muchas veces nos encontramos perdidos en el pasado o preocupados por el futuro, dejando ir los momentos.

Nos arriesgamos a vivir a medias, con solo una parte de nosotros viviendo el presente mientras la otra se entretiene en el mundo digital. Si reflexionamos al respecto, ¿cuántas veces nos hemos encontrado rodeados por nuestros seres amados con el teléfono en mano? Es un buen momento para recuperar nuestra capacidad de estar realmente presentes en el instante y lugar en el que nos encontramos, viviendo cada segundo. Dejemos de matar el tiempo, pues es nuestro mayor tesoro… y está contado.

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