Sin duda, los alebrijes son de las artesanías más icónicas de nuestro país, que consisten en hermosas representaciones de animales donde la realidad coexiste con la fantasía. Estas creaciones se elaboran tradicionalmente con cartón, papel o madera y se pintan con colores vivaces que transmiten la alegría y la magia de nuestra cultura. La principal razón de la magia que gira alrededor de los alebrijes es su historia de origen que comenzó, literalmente, con un sueño.
De acuerdo con la leyenda, Pedro Linares, su creador, enfermó gravemente, lo que lo llevó a perder la conciencia. Al sentirse al borde de la muerte, tuvo un sueño extraño que lo llevó a un precioso bosque lleno de seres fantásticos que lo acompañaron gritando su nombre ¡alebrijes! hasta que recobró la conciencia.
A partir de ese momento, Linares dedicó su vida a traer al mundo real a estas maravillosas criaturas, generando con maestría los primeros alebrijes en el siglo pasado, iniciando un movimiento artesanal que rápidamente se propagó entre las talentosas manos mexicanas.
Los alebrijes son la materialización de la magia mexicana, un pedazo de México en cada una de las piezas únicas que requieren muchísimo talento para crearlos. Los hay para diferentes presupuestos, siendo los de madera los de mayor valor debido a su resistencia y el tiempo que conlleva elaborarlos, de diferentes criaturas y colores pero todos comparten sus bellos colores y orígenes dignos de cuentos de hadas.
Estas bellísimas expresiones artísticas pueden ser encontradas en diversos rincones de nuestro país, especialmente en la zona sur. Los alebrijes de Oaxaca cuentan con un reconocimiento internacional debido a su calidad y su belleza, si bien esta artesanía ya se propagó al resto de México.
Los alebrijes comenzaron con un sueño, pero requirieron de la colaboración de decenas de artistas mexicanos de renombre para convertirse en lo que ahora son: una artesanía que va mucho más allá de una decoración para representar todo aquello que nos une como mexicanos
Ale Maytorena 