La tecnología cambió nuestras vidas. Llegó como el resultado de milenios de desarrollo humano, detonando una realidad antes inalcanzable. Con el desarrollo científico y tecnológico llegaron respuestas y soluciones que en ocasiones parecen opacarse por los problemas propios de la condición humana.
La transformación de nuestro contexto no se hizo esperar: una tras otra, las generaciones mostraron el efecto de las nuevas tecnologías en su vida cotidiana, acelerando la brecha generacional existente conforme las generaciones anteriores se vuelven obsoletas a mayor velocidad que anteriormente.
El cambio en nuestro entorno suscitó constantes debates: ¿son las nuevas tecnologías realmente una bendición para la humanidad? Como profesionista que durante varios años se ha relacionado con este tema, puedo decir: depende del cristal con que se observe. Por sí solas, las nuevas tecnologías han sido un oasis para la humanidad: nos ayudan a lidiar con enfermedades y obstáculos que antes parecían imposibles, a encontrar soluciones antes impensables y a conectar personas que de otra manera jamás se habrían conocido.
Tecnologías como la manufactura aditiva permiten imprimir en en tercera dimensión utilizando diversos materiales… al grado que podemos imprimir órganos para las personas que los requieren. La inteligencia artificial permite detectar y prevenir situaciones de riesgo, así como procesar miles de millones de datos al momento, y la nube nos permite guardar de manera digital información valiosa a la que se puede acceder desde cualquier lugar del planeta.
Es gracias a las nuevas tecnologías que lo imposible se encuentra a la vuelta de la esquina y el futuro se encuentra llena de promesas: serán nuestras acciones las que determinen si positivas o negativas. La tecnología es un arma de dos filos, es responsabilidad nuestra utilizar el correcto para acercarnos a un mundo ideal, igualitario y justo.
¡Un mundo mejor se puede! ¿Qué estás haciendo para construirlo?
Ale Maytorena 