El tiempo pasa.

El inexorable paso del tiempo ha fascinado a los humanos desde nuestro origen. El tiempo es nuestro bien más preciado y, sin embargo, no se puede comprar ni vender… ni siquiera intercambiar. Por esto, dedico esta reflexión al tiempo y nuestra vida: es momento de entender que cada minuto es una oportunidad que no regresa.

Segundo a segundo, el reloj avanza. El tiempo pasa, no se detiene. Con ritmo militar pasan los segundos: nunca más largos, nunca más cortos.

Guardián silencioso , el tiempo pasa, no regresa. Lo que observó un minuto no será igual para el otro. Los segundos fluyen con firmeza.

Constante y en silencio, el tiempo pasa, no exige. A bestias y humanos permite la cosecha que se trabajó antaño, sea de rosas o de ortigas.

Terriblemente justo, el tiempo pasa, no cesa. Unos lloran y gritan al cielo pidiendo que les regale segundos, minutos, días… mientras otros lo tiran en saco roto.

Abre tus ojos, el tiempo pasa, el tiempo apremia. No temas al paso de las horas… teme dejarlos pasar y mantenerte igual que ayer.

Crece, desarróllate, evoluciona. El tiempo pasa… cada minuto desperdiciado es una oportunidad que no regresa.

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