Transforma tu vida con la meditación: guía para comenzar.

Cuando se practica constantemente, la meditación nos puede ayudar a alcanzar un nivel de consciencia superior y un estado de paz interior constante. Esta práctica, tan antigua como la humanidad, te permitirá controlar mejor tus emociones y reacciones, incrementar tu capacidad de concentración, reducir tu nivel de estrés y estimular tu empatía.

Meditar es estar en contacto contigo mismo, comprendiendo tu mente y tus necesidades de tal manera que tiene la capacidad de disminuir la agresión en tu interior y minimizar el impacto de factores externos en tu tranquilidad.  Incluso, en escuelas que se han implementado prácticas regulares de meditación, se ha visto una disminución en conflictos entre sus alumnos y un nivel de desempeño y bienestar superior.

Antes de comenzar, debes saber lo siguiente:

Meditar es estar, presente en el aquí y ahora.

Meditar es como escuchar, solo puedes escuchar si estás dispuesto a hacerlo.

Meditar es sanar.

  1. Elige tu lugar

Primero que nada, te recomiendo elegir un momento y lugar donde puedas tomarte 5 minutos sin que nadie te moleste. De preferencia un lugar limpio, solitario y seguro. Evita meditar en lugares donde podría pasar algo que atente contra tu seguridad, ya que no podrás estar pendiente de factores externos a ti.

No importa que haya ruido moderado en el lugar, aprender a estar presente sin distraerte por cosas pasajeras es parte de los objetivos de meditar constantemente.

  1. Pon atención a tu vestimenta

Lo ideal es que puedas meditar sin que te molesten sensaciones físicas, así que evita traer ropa o accesorios muy ajustados que puedan interrumpir tu proceso con incomodidad. Si las condiciones lo permiten, medita descalzo. Si estás en un ambiente fresco, usa ropa que te mantenga cubierto para que el frío no te distraiga.

  1. Decide tus condiciones

Cada persona cuenta con técnicas de meditación únicas, así que decide cómo te gustaría intentarlo: ¿te gustaría oír música instrumental? ¿prefieres sonidos de ruido blanco o de la naturaleza? ¡La elección es tuya! Te recomiendo que, si meditas con música, esta sea tranquila y repetitiva. Lo más importante es que no sean sonidos invasivos.

Si las condiciones que elegiste no te sirvieron, ¡no te preocupes! La meditación es un ejercicio de práctica, por lo que no te rindas si en un inicio no sale como esperabas.

  1. Desconéctate

Sé que vivimos en un mundo bastante ajetreado y siempre hay gente intentando contactarnos, pero no podrás meditar en calma si escuchas tu celular vibrar o si estás en espera de una llamada. Regálate estos próximos 5 minutos a ti y nada más a ti. Apaga tu celular o ponlo en completo silencio, así como cualquier dispositivo que pueda distraerte como el de una televisión.

  1. Decide cuánto quieres meditar

El tiempo que decidas será tu meta para intentar meditar. En un inicio, se recomienda empezar con cinco minutos al día. Si eliges 5 minutos, eso significa que tienes que intentar meditar durante ese tiempo. No se vale rendirte a la primera, recuerda que es un tema de práctica. Te recomiendo utilizar alguna herramienta para monitorear el tiempo, como un temporizador que suene suavemente al término del tiempo de meditación.

  1. Estira tus brazos, cuello y piernas

Parece exagerado, pero intentar meditar sin estirarte previamente puede bloquear tu proceso debido a la rigidez muscular que te molestará mientras meditas. Por eso se recomienda una rápida sesión de estiramientos que te permita liberar la tensión corporal y prepararte para tu meditación.

  1. Encuentra tu posición

Lo ideal para meditar es una posición que mantenga tu torso recto y vertical mientras te sientas. Lo más importante es que la posición que elijas te haga sentir cómodo y relajado. Si en un inicio necesitas recargar la espalda en alguna pared, no hay ningún problema ¡hazlo!

El estar sentado es lo más recomendado por los expertos de la meditación, pero si sientes que de plano no se puede así, inténtalo acostado o de pie. Recuerda que lo más importante es que estés cómodo.

En lo personal, no recomiendo intentarlo acostado las primeras veces si te quedas dormido fácilmente.

  1. Ahora empieza lo difícil…

Cierra tus ojos para concentrarte y relajarte, evitando distracciones visuales. Una vez que vayas dominando la técnica, podrás meditar con los ojos abiertos, pero esa situación requiere más práctica.

Contrario a la creencia popular, meditar no implica entrar en un estado de trance sino de relajación y alerta.

Concéntrate en tu respiración: siente cada vez que el aire entra por tu cuerpo, siente el flujo del oxígeno. Siente como sube y baja tu abdomen al inhalar y exhalar. Respira normalmente, simplemente sé consciente de tu respiración.

Deja que tus pensamientos se extingan, solo necesitas el aquí y ahora. No te esfuerces por callar a tu mente, eso te distraerá más. Deja que fluyan. No te frustres si comienzas a divagar. Apenas eres principiante, y la práctica es lo que hace al maestro. Simplemente regresa tu concentración hacia tu respiración.

Imagina que estás en un lugar tranquilo que te haga sentir seguro y en calma. Un bosque, una playa, una pradera… un lugar que sea tu santuario. Visualiza en tu cabeza este lugar, explorando con tu imaginación hasta estar en calma total. Recuerda buscar los sonidos, aromas hasta que el lugar se vuelva más tangible… te encuentras en tu santuario de meditación ¿qué maravillas tiene para mostrarte?

No abras los ojos ni termines la práctica hasta que pasen los minutos que determinaste para tu meditación. Recuerda, no te frustres. En un principio parece complicado, hasta imposible, pero después de un par de sesiones comenzarás a dominar la técnica y estarás listo para los siguientes pasos y adentrarte en meditaciones más complicadas e intensas.

  1. ¡Estás listo para sembrar un nuevo hábito en tu vida!

Define un momento en el día en el que puedas meditar diario. De preferencia que sea en las mañanas, ya que el cuerpo y la mente están más receptivos a esta práctica después de despertar. Evita meditar después de comer, ya que el esfuerzo de digerir los alimentos podrá hacer que tu experiencia sea menos placentera.

  1. Incorpora la “PRESENCIA” en tu vida diaria.

Si bien no en todo momento podemos meditar para recuperar nuestra calma y equilibrio, puedes tomar consciencia de tu respiración en cualquier momento para experimentar el AQUÍ y AHORA. No vivas en el pasado, ni preocupado por el futuro. Lo único que tienes en tus manos, es el presente.

¡Espero encuentres esta guía útil para comenzar! Si tienes dudas específicas, no dudes en contactarme. ¡Inténtalo! Cinco minutos al día pueden cambiar tu vida.

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