Simbolismo del conejo: pequeños brincos de humildad

A simple vista, un conejo no es gran cosa: pequeño, peludo y nervioso ser con grandes orejas que se alimenta de hierbas y vegetales. Sin embargo se trata de un simple animal con un enorme significado detrás, especialmente para nuestros antepasados.

En muchas culturas alrededor del planeta, el conejo se encuentra presente en su mitología y acervo folclórico, desde fábulas y cuentos infantiles hasta horóscopos y la creencia de que habita en la luna. La mayor parte de las narrativas al respecto cuentan con dos elementos en común: la bondad y la humildad.

Al no ser depredadores, los conejos prefieren la tranquilidad y la seguridad, por lo que evitan llamar la atención de los demás para no meterse en conflictos. Su personalidad temerosa los lleva a ser prudentes si no se encuentran en confianza, por lo que se les asocia con una necesidad de calma y de superar nuestros temores.

La importancia del conejo llegó a ser tal, que para algunas tradiciones celtas se consideraba un animal sagrado: su presencia era una bendición imprescindible de los hogares, pero estaba prohibido comer su carne sino que se debía aprender de esta criatura y su comportamiento para practicar, precisamente, las virtudes de la bondad, la humildad y la inocencia.

En México, contamos con grandes historias sobre este suave ser, de las cuales quizá una de las más conocidas narra lo siguiente:

Hace muchos miles de años, uno de los grandes dioses de los mexicas se perdió mientras vagaba por el mundo. Hambriento y cansado, se preparaba para morir cuando se topó con un pequeño conejo que se ofreció humildemente como alimento para salvar la vida del dios en lo que este lograba encontrar su camino. El dios quedó tan conmovido que, en agradecimiento, lo levantó lo más alto que pudo hasta que alcanzó la luna, donde lo dejó para que cada que la gente observara el cielo en una noche despejada, pudiera ver su silueta y recordar su sacrificio y la importancia de vivir con humildad ante todo.

Nuestro sendero de vida se encuentra lleno de maestros inesperados; un sencillo conejo nos puede ayudar a encontrar la respuesta a nuestras grandes incógnitas. Hay soluciones en todas partes y nuestros antepasados, con menos tecnología y aprendizaje científico, aprendieron a verlo y compartirlo a través de cuentos, historias y fantasías.

¿Cuál es tu animal favorito? ¿Conoces lo mucho que puedes aprender de sus actitudes y comportamientos?

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